El litoral sumergido de Cartagena está constituido por una gran diversidad de paisajes submarinos de gran belleza que albergan unas comunidades biológicas de incalculable valor natural.
Las aguas son transparentes, bien oxigenadas, relativamente saladas (37 por mil) y con una temperatura que oscila entre 12-13º C en invierno y 24-25º C enl verano. Están movidas por vientos de levante y lebeche, y las mareas son prácticamente inexistentes.
Los fondos están constituidos por tramos rocosos y acantilados, algunos de más de 80 metros de profundidad, en los que la roca adquiere caprichosas formas que acogen una comunidad muy rica en especies. Aparecen en La Azohía-Portman y Cabo de Palos-Islas Hormigas.
Asimismo, existen tramos constituidos por placidos fondos arenosos de fuerte contraste con los anteriores, los cuales acogen extensas y exuberantes praderas de la fanerógama Posidonia oceánica. Son los fondos de zonas como La Azohía, Calblanque y La Manga.
Las comunidades biológicas que pueblan nuestros fondos están organizadas en varias bandas o zonas determinadas por la variación de las condiciones ambientales (humedad, hidrodinamismo, iluminación, etc.) que se produce al aumentar la profundidad. Así, podemos establecer la siguiente zonación:
Zona de salpicadura. El medio marino empieza donde desaparece la vegetación terrestre y la roca desnuda se recubre de microscópicas algas verdeazuladas (cianofíceas) y de manchas negras del liquen Verrucaria sp. Esta zona mantiene la humedad gracias a las salpicaduras del mar. Destacan en ella, los bígaros (Littorina) y las bellotas de mar (Chthamalus).
Playas. Constituyen un biotopo muy particular, con una fauna y flora características, que comienza donde desaparece la vegetación terrestre y se depositan los arribazones de los fuertes temporales. Las hay de canto y grava, arenosas y fangosas, aunque son las segundas las que más vida sustentan. En general, las arenas están colonizadas por animales detritívoros como anfípodos (Orchestria, Talitrus) y poliquetos errantes.
Zona de mareas. Es la franja comprendida entre los niveles de la pleamar y la bajamar que no suele sobrepasar los 50 cms. Esta franja, en los acantilados rocosos, esta poblada por lapas (Patella), peonzas (Monodonta), tomates de mar (Actinia) y balanos (Balanus). También aparecen algas superiores de colores verdes, pardos y rosados (Nemalion, Rissoella, Enteromorfa, Lithophillum, etc.), entre las que es fácil ver al cangrejo corredor (Pachigrapsus) y al moruno (Eriphia).
Iniciando el verdadero mundo submarino de los acantilados, aunque quedando muchas veces al aire, aparece un alga parda muy áspera (Cystoseira mediterranea) que suele instalarse sobre una plataforma formada por cientos de individuos de un molusco colonial fijo (Dendropoma). En ella, también es frecuente observar distintas especies de mejillones (Mytilus)
Rocas sumergidas. Al descender por los acantilados, podemos observar una zonificación de organismos que queda reflejada en las diferencias que existen entre las especies superficiales (fotófilas) y las de profundidad (esciáfilas), diferencias que están originadas por la intensidad de luz que existe en cada porción del acantilado.
En las rocas superficiales bien iluminadas, dominan aparentemente las algas por ser unas condiciones ambientales que le son más favorables que a los animales. Es una franja que sobrepasa los 25 metros de profundidad y donde aparecen un importante numero de algas verdes (Acetabularia, Codium), pardas (Halopteris, Padina) y rojas (Amphiora, Jania).
Los animales no faltan, destacando las esponjas (Ircinia), cnidarios (Anemonia), poliquetos tubícolas (Spirographis), moluscos (Murex, Sepia), crustáceos (Balanus, Maia), equinodermos (Arbacia, Paracentrotus) y peces (Blenius, Coris).
El dominio se invierte, pasando a dominar los animales, en zonas de penumbra (grietas, paredes verticales, cuevas) o de profundidad, caracterizándose estas poblaciones por su riqueza cromática. En las zonas de umbría próximas a la superficie, además de ciertas algas verdes (Halimeda, Udotea), pardas (Dictyopteris, Zonaria) y sobre todo rojas (Peyssonellia, Lithophyllum), aparecen cnidarios (Parazoanthus, Aiptasia), poliquetos (Serpula, Protula), moluscos (Spondylus, Octopus), crustáceos (Scyllarides), briozoos (Myriapora), equinodermos (Ophiura), ascidias (Halocynthia) y peces (Apogon, Tripterygion, Muraena).
Las profundidades de los acantilados (más de 35 metros) albergan unas poblaciones denominadas coralígenas que se caracterizan por presentar una gran cantidad de especies con estructuras calcáreas. Son fondos de singular belleza en donde destacan algunas algas rojas (Melobesia, Mesophyllum) pero sobre todo esponjas (Cliona, Dyscidea), cnidarios (Paramuricea, Alcynium), moluscos (Chlamys, Chronia), crustáceos (Palinurus, Homarus), briozoos (Pentapora, Porella), equinodermos (Hacelina, Echinus), ascidias (Clavelina) y peces (Anthias, Ephinephelus).
Arenas sumergidas. Aunque de aspecto pobre, los fondos de arena albergan gran cantidad de especies enterradas o semienterradas, principalmente gusanos, moluscos, cangrejos, erizos y peces.
En este aparente desierto, destacan las formaciones que un alga verde (Caulerpa) y varias fanerógamas (Zostera, Cymodocea y Posidonia) originan. Entre ellas, destacan por su importancia ecológica las praderas de Posidonia oceánica que constituyen el equivalente a los bosques terrestres. Estas praderas poseen una elevada producción de oxigeno y biomasa; contribuyen a estabilizar los fondos blandos; sirven de sustrato para multitud de algas, crustáceos, briozoos, etc.; y proporcionan un ambiente ideal para la reproducción y cría de multitud de organismos.
Entre los organismos típicos de estos ambientes, cabe citar gusanos (Sabellas), moluscos (Chamelea, Cerastoderma, Pinna), cangrejos (Galathea), estrellas de mar (Astropecten), cohombros (Holothuria), erizos (Spatangus, Echinocardium) y peces (Syngnathus, Hippocampus, Trachinus, Gobius).
Aguas libres. Constituyen un ambiente dominado casi en exclusiva por los peces, entre los que se encuentran muchas de las especies de interés comercial del Mediterráneo. Es el aso del atún (Thunnus), bonito (Sarda), lecha (Seriola), emperador (Xiphias), etc. También son características de este medio las medusas (Rhizostoma, Cotylorhiza), crustáceos como el percebe (Lepas) y moluscos como el calamar.
Pero los valores naturales más destacados de este ambiente vienen dados por la presencia habitual en nuestras costas de varias especies protegidas, como son la tortuga boba (Caretta caretta) y varios cetáceos, entre los que cabe destacar el delfín común (Delphinus delphis), el delfín mular (Tursiops truncatus) y el calderón común (Globicephala melas).
EL MAR MENOR. El Mar Menor constituye un ambiente muy singular por la elevada salinidad de sus aguas (44 por mil) y su elevada temperatura estival (mas de 30ºC). Estas condiciones ambientales constituyen una barrera infranqueable para muchas especies mediterráneas, aunque las características de ambos mares se han ido igualando tras la apertura del Canal del Estacio.
Los fondos de la laguna son predominantemente blandos (arenas y fangos), aunque existen algunas zonas rocosas alrededor de las islas. La mayor parte de los fondos blandos de la zona central son colonizados por densas praderas del alga invasora Caulerpa prolifera, mientras que en las zonas ribereñas someras están ocupadas por praderas poco densas de Cymodocea nodosa.
Las praderas de Cymodocea albergan una fauna enormemente rica y diversa. Entre las especies más características, cabe citar el mujol (Mugil) y el langostino (Penaen kerathurus), ambas de gran interés comercial. También muy típicos de estas praderas son signátidos, un grupo de peces con una curiosa morfología entre los que destaca el caballito de mar (Hippocampus).
Los fondos arenosos de la laguna son colonizados por moluscos (Cerastoderma, Tellina, Murex), crustáceos (Carcinus) y peces como el lenguado (Solea), los zorros (Gobius) o el pequeño y mimético Pomatoschistus.
En los fondos rocosos, la zona de salpicaduras aparece ocupada casi exclusivamente por líquenes (Caloplaca). Las algas (Ceramium, Cladophora, Enteromorpha) hacen su aparición en la zona de mareas, donde también encontramos mejillones (Mytilaster), pequeñas caracolas (Gibbula, Monodonta) y cirrípedos (Chthamlus).
Las zonas permanentemente sumergidas y bien iluminadas son colonizadas por algas como Acetabularia, Cystoseira, Padina y Laurencia, mientras que en zonas más sombrías predominan Valonia y Cladophora. La fauna esta constituida por moluscos (Bittium, Ostrea, Petricola, Arca), briozoos (Mimosella), actinias (Bunodeopsis), cangrejos (Carcinus, Pachygrapsus) e isópodos (Sphaeroma). Los peces también son abundantes, destacando los zorros (Gobius), los blenios (Parablenius, Lipophrys), las salpas (Salpa) y las obladas (Oblada).
En las aguas libres de la laguna pueden verse numerosas especies de peces, la mayor parte de ellas gran interés comercial (sardina, Diplodus, Dicentrarchus, anguila, Atherina, Sparus). Algunas de estas especies realizan todo su ciclo vital en el Mar Menor, mientras que otras viven en el Mediterráneo y solo entran en la laguna en determinadas fases de su vida.
Las aguas de la laguna tambien han sido colonizadas por algunas especies de medusas cuyas poblaciones han proliferado espectacularmente debido al enriquecimiento en nutrientes. Aurelia aurita es la única autóctona de la laguna, mientras que Rhizostoma pulmo y Cotylorhiza tuberculata han entrado recientemente desde el Mediterráneo.