El municipio de Cartagena posee una costa enormemente variada, en la que se alternan espectaculares acantilados rocosos y pequeñas islas con largas playas arenosas, sistemas dunares y algunas calas de cantos y guijarros. Constituyen ambientes de gran valor natural y paisajístico que albergan hábitats de interés comunitario y especies singulares de flora y fauna.
Acantilados costeros
Son el ambiente dominante entre Cabo de Palos y Mazarrón. Constituidos por paredes rocosas, algunas de más de 20 metros de altura formadas por materiales de naturaleza caliza y metamórficos, aparecen acompañados de pequeñas calas de arena, guijarros y cantos.
La vegetación está constituida principalmente por especies que aprovechan cualquier fisura o repisa existente en estas paredes para instalarse y a las que no le afecta la influencia de la maresía. Las especies más comunes son el cambrón (Lycium intricatum), la lechuga de mar (Limonium cossonianum) y la margarita marina (Asteriscus maritimus), entre otras.
La comunidad faunística está dominada por aves, especialmente rapaces que aprovechan este medio como lugar de nidificación. Cabe destacar el águila perdicera (Hieraetus fasciatus), el halcón peregrino (Falco peregrinus) y el búho real (Bubo bubo) que nidifican habitualmente en la Sierras de la Fausilla y la Muela-Cabo Tiñoso (declarada ZEPA por la presencia de las dos últimas especies citadas).
Islas e islotes
La costa cartagenera está salpicada de varias islas e islotes de pequeño tamaño que contribuyen a diversificar el paisaje litoral. Once de estas islas se encuentran en el Mediterráneo y son de similar naturaleza que la sierra litoral. A ellas hay que añadir otras cinco islas de naturaleza volcánica que están dentro de la laguna del Mar Menor.
Las islas de mayor tamaño presentan una vegetación muy similar a la de la sierra litoral, aunque algo más pobre. En el resto, la vegetación la forman unas pocas especies dominantes, principalmente especies nitrófilas como sosas (Suaeda vera), Whitania frutescens, esparragueras (Asparagus albus), Salsola verticilata, etc., además de una gran diversidad de líquenes.
Es preciso destacar la Isla de Escombreras por su población de manzanilla de Escombreras (Anthemis chrysanta), un iberoafricanismo en peligro de extinción que tiene aquí su única representación europea; la del Ciervo por poseer un matorral muy bien desarrollado con palmitos (Chamaerops humilis) y cornicales (Periploca angustifolia); y la del Barón por presentar una de las maquias mejor conservada de la región, con lentiscos (Pistacia lentiscus), coscojas (Quercus coccifera), palmitos y artos (Maytenus senegalensis).
La fauna de las islas está dominada por aves, destacando pardela cenicienta (Calonectris diomedea) que nidifica en la I. de las Palomas; el paíño del Mediterráneo (Hydrobates pelagicus) que lo hace en I. de las Palomas y Hormigas; y la Gaviota de Audouin (Larus audouinii) que utiliza I. Grosa. Estas tres islas han sido declaradas ZEPA por la presencia de estas especies.
Playas, dunas y arenales
Las playas, dunas y arenales han desaparecido casi en su totalidad como consecuencia del intenso proceso urbanizador de esta zona. Actualmente, los únicos sistemas dunares que se conservan en Cartagena son los de Las Amoladeras (La Manga) y el Parque Regional de Calblanque.
La vegetación está constituida por especies adaptadas a las rigurosas condiciones ambientales de este medio. Las zonas más próximas al mar aparecen ocupadas en playas arenosas por un herbazal de Salicornia (Salsola kali) y oruga de mar (Cakile maritima), y Glaucium flavum en playas de sustrato más grueso. Las zonas más alejadas del mar encontramos matorrales bajos como Crucianella maritima, siempreviva (Helychrisum stoechas), etc.
La fauna de las playas está constituida por aves limícolas como el chrorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) que se alimenta de los invertebrados que captura bajo la arena o entre los arribazones. También son visitadas habitualmente por gaviotas patiamarillas (Larus cachinnans) que aprovechan todo tipo de restos como alimento.
También existe presencia en las dunas de algunos reptiles como el eslizón ibérico (Chalcides bedriagai), un pequeño lagarto endémico de la península que suele permanecer enterrado durante buena parte del día, y la lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus), además de los coleópteros como Scarites eurytus.