Los corredores ecológicos conectan los Espacios Naturales Protegidos favoreciendo la conservación de la biodiversidad.

Uno de los mayores riesgos de extinción que sufren las especies animales y vegetales resulta de la pérdida y fragmentación de los hábitats en los que habitan. Esta fragmentación surge con frecuencia de los diferentes usos del espacio para las actividades humanas convirtiendo a los hábitats naturales en manchas o mosaicos discontinuos en el territorio.

Ante esta situación resulta fundamental garantizar la disponibilidad de territorio suficiente para que se puedan desarrollar las funciones biológicas y ecológicas necesarias para la conservación de los hábitats y especies amenzadas.

Los corredores ecológicos son territorios que conectan dos o más espacios naturales con el objetivo de evitar el aislamiento y facilitar las relaciones entre diferentes poblaciones, aumentando así las probabilidades de supervivencia de las comunidades biológicas.

La Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad incorpora los corredores ecológicos a la planificación ambiental o a los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales. Conforme a esta ley, los corredores ecológicos deben participar en el establecimiento de la red europea y comunitaria de corredores biológicos definidos por la Estrategia Paneuropea de Diversidad Ecológica y Paisajística y por la Estrategia Territorial Europea. De acuerdo con esta ley, las comunidades autónomas podrán utilizar estos corredores ecológicos con el fin de mejorar la coherencia, la funcionalidad y la conectividad de la Red Natura 2000.